-¡Hola, Carol!-saluda alegre Fabi-¿Qué haces?
-Nada...estaba aquí pensando.
-¿Te importa si me siento contigo?-preguntó Fabi intentando acercarse un poco más a la dueña de ese hermoso cajón.
-Para nada, este mar se ve más bonito en compañía.
Fabi se recoge la falda y se sienta junto a Carolina la de los ojos tristes. Ésta mira al horizonte y no interrumpe sus pensamientos porque esté Fabi ahí. Su amiga intenta pensar temas de conversación mientras se mira las Converse de color rojo, al parecer intenta encontrar en ellas el tema esperado, pero las zapatillas le devuelven una mirada confusa y silenciosa. Luego mira a su amiga y observa como se pierde entre posibles sueños, secretos e historias pasadas.
-Me gustan tus zapatillas-dijo Carolina sin dejar de mirar el mar-Tienen personalidad.
-Gracias-murmuró Fabi-A mi me gusta este sitio...¿vienes a menudo?
-Si, cuando necesito pensar y olvidarme de mis cosas...es fácil olvidarte de todo cuando ves este mar. Me gusta el mar. Es calma y fuerza a la vez, es olor a sal y a arena en el mismo aire. Es contradictorio y con sentido.
-Eres tú.
Las dos callaron y miraron el horizonte. Al parecer Carolina tenía cosas que olvidar aquella tarde y Fabi estaba ahí para ayudarla a olvidar. Eso es la amistad o al menos la teoría. Que sea más fácil o más difícil es otra historia.
-¿Qué te ocurre, Carol?-preguntó Fabi sin mirarla-puedes contármelo...soy tu amiga.
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Fabi es de esas personas a las que puedes contárselo todo. :)
ResponderEliminarSi...suelo hacerlo a veces yo también :)
ResponderEliminarQué bonita es la amistad..
ResponderEliminarMe ha encantado, Chica del Boli Rosa :]
¡Un beso!
&unguau.
Qué bueno es tener a alguien como Fabi a tu lado.
ResponderEliminarY qué bueno es irte a desconectar de todo a un sitio como ese :)
yo quiero una amiga como Fabi :)
ResponderEliminarExactamente así es una amistad duradera =)
ResponderEliminarAunque las converses ya han perdido personalidad.