Lolita se tumbó en su camba buscando el olor de su amante, hacía apenas cinco minutos que se había marchado de sus cálidos abrazos y ya lo echaba de menos.
Aún conservaba su desnudez y la últilizó para recordar las caricias, los besos, las palabras, los suspiros... cuando revivía el roce de sus manos en su cintura su piel se erizaba, el estómago se le encogía y los suspiros se le escapaban por sus rojos labios.
Se envolvió con las sábanas de seda y se durmió pensando en lo feliz que había sido durante unas horas, pensando en lo feliz que sería a la noche siguiente y la siguiente y la siguiente... hasta que su cuerpo se cansara de ser feliz...
Pero era imposible cansarse de él, de su cuerpo y de su pasión, de su hermosa energía...
T E D E S E O ....
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En serio, me encanta cómo escribes.
ResponderEliminarCon unas pocas palabras logras recrear una pequeña historia magnífica.
¡Un besazo!